Escuchemos nuestro Stradivarius, silenciando los platillos

Escuchemos nuestro Stradivarius, silenciando los platillos

Categoría: Artículos

Nuestra mente es el órgano más potente en nuestro cuerpo. Cuando estás inquieto y con preocupaciones, tu mente es como un océano revuelto, tanto que no te deja ni pensar. En lugar de contenerla, te sumerges en este océano y se siguen produciendo pensamientos que pueden atraparte y llegar al punto de sentir que te ahogan. Conforme vas profundizando, interiorizando, analizando, vas encontrando en tu mente un mundo maravilloso. Puedes ver lo que hay dentro. Mejora la autoestima, la confianza, la seguridad. Y puedes darte cuenta de tu dualidad: de lo malo que tienes, de tus debilidades, de cuán centrado en ti mismo estás. Solamente cuando las ves, las puedes resolver.

El mindfulness no busca cambiar a nadie, busca enseñarte un camino para reencontrarte con tu verdadera identidad. Consiste exclusivamente en entrenar un músculo, el músculo más importante del ser humano: el músculo de la atención. Lo que se busca es llevar la atención a la respiración porque es lo que está pasando aquí y ahora. Entonces, generalmente (hasta entrenar bien la mente) surge un pensamiento muchas veces sin sentido, que nos distrae, el problema se da cuando el pensamiento es tóxico y nocivo y te atrapa. La mente que está habitualmente agitada empieza a calmarse y de repente, con la respiración comienzas a sentirte mejor. Lo que altera al ser humano es su mente.

La mente plenamente presente lo que hace es irte entrenando para que tú seas el dueño de tu atención en un mundo que está permanentemente distraído. Pensamos que la multitarea es normal, pero no hay ningún estudio que demuestre que esto es parte natural del ser humano. Entonces, pasamos con nuestra atención fracturada. Es elemental y urgente que vayas ganando un momento en  el cual te sientes con tranquilidad, y notes tu respiración. Frente a cualquier pensamiento, sigues respirando con paz y firmeza, hasta llegar a un punto en el cual la mente se apacigua. De esta manera, la reactividad se reduce y empiezas a dejar de rumiar. De este modo, haces pausa y empezarás a tener más energía, más compasión, más calidad de vida.

Nuestro problema no es la falta de tiempo, eso creemos, sin embargo, no es verdad. Al comienzo del siglo XX la expectativa de vida era de 35 a 40 años. Nunca van a haber años suficientes. Lo importante es dedicarnos tiempo a nosotros mismos. Sin culpa, con amor a nosotros, nos lo merecemos. Nadie que no se cuide, puede cuidar de otras personas.

Algunos de los hospitales más prestigiosos del mundo ya  tienen el mindfulness incorporado. Éste nos ayuda a manejarnos con un componente de serenidad, de alegría, de calma. Exploremos, conozcamos, buceemos en este océano que es el mindfulness.

“En medio del duro invierno, descubrí por fin que dentro de mi hay un ser invencible» (Albert Camus). No hay nadie que haya sido llamado a la mediocridad. Todos hemos sido llamados a la grandeza. Para poder escuchar ese Stradivarius, entonces, hay que saber silenciar los platillos.

Alegría Crespo, Ph.D

Fuente: conferencia Mario Alonso Puig


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