¡La aventura del nuevo año escolar comienza!
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Hemos disfrutado de que la hora de ir a la cama sea más tarde de lo habitual, no preparar loncheras, ni uniformes. ¡Justamente para eso son las vacaciones! Y, definitivamente son muy importantes para recuperar las fuerzas y volver con ganas y entusiasmo al cole.
Tenemos que estar conscientes que la entrada a la escuela genera muchos sentimientos encontrados tanto para los padres como para los hijos. La alegría y el entusiasmo pueden ser protagonistas, pero, sobretodo cuando hay un cambio importante, puede haber un poco de ansiedad y expectativas al respecto.
En este momento, es importante la actitud de los padres frente a la entrada al nuevo año lectivo. Los padres son referentes de los hijos, así que sus actitudes, su tranquilidad o intranquilidad, su armonía o su tensión, su naturalidad o su rigidez, influye directamente sobre los niños, debido a que ellos se dejan llevar por quienes conocen como su ejemplo en la vida: sus padres.
Para los más chiquitos de la casa, que comienzan recién su vida escolar, las reacciones típicas son el llanto y manifestaciones del apego al papá o la mamá para evidenciar que no se quieren quedar en el centro educativo. A pesar de estar ilusionados y de haber preparado sus útiles y materiales para estar listos para este día, cuando llega el momento, muchas veces se resisten a quedarse.
Generalmente, las escuelas cuentan con personal capacitado para apoyar a los niños en el proceso de adaptación y de entrada a la escuela. Sin embargo, el núcleo familiar es sumamente importante para que el niño se sienta cómodo, seguro y feliz en esta nueva etapa.
En este punto, toda la familia debe alistarse para la entrada a clases. Aquí algunas recomendaciones:
- Pide a tu hijo que te acompañe al proceso de matriculación, a comprar sus útiles escolares y uniformes. Así, se siente parte del proceso.
- De ser posible, visita el centro educativo con unos días de anticipación para que el niño se familiarice con el entorno y su aula.
- En cuanto al horario, una semana antes de entrar a clases, la hora de dormir y de despertarse debe ser la más cercana a la de la rutina escolar con el fin de que la rutina se vaya estableciendo y el niño se acostumbre.
- Es importante que exista un calendario donde se señalen las principales actividades escolares a cumplir.
- Debe existir una hora asignada para que el niño cumpla las tareas. En los días que faltan de vacaciones, asigna tareas a tu hijo para que asuma esta responsabilidad.
- Se sugiere involucrar al niño en la preparación para sus clases al hacerlo partícipe de preparar sus materiales, poner su nombre en los mismos y hablar con él sobre la importancia de cuidarlos. En este punto, el niño se siente entusiasmado al escoger cómo forrar sus cuadernos y qué características especiales los distinguirá del resto.
- Los padres deben hablar con la verdad a su hijo, sin exagerar en absoluto. Sino, con motivación inteligente para que el niño sepa que todos lo están apoyando en este nuevo año lectivo.
- Si el niño está atravesando un cambio de centro educativo, ir con él al lugar para que se familiarice con el personal y las instalaciones.
Los padres somos quienes influimos en nuestros hijos de tal forma que si nos ven relajados frente al nuevo año escolar, ellos también lo estarán. Es importante volver a la rutina del hogar con tiempo para que todo el proceso de entrada a clases fluya de la mejor manera y la dinámica familiar sea fluida y armoniosa.
Por: Alegría Crespo, M.A. Educación
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